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El Desafío de Tener una Pareja Adicta
Estar en una relación con una persona que tiene conductas adictivas es un desafío que pocas personas están preparadas para enfrentar. La adicción, ya sea a sustancias o a comportamientos, puede destruir lentamente la confianza, el respeto y la estabilidad emocional que normalmente forman la base de una relación sana. Para aquellos que aman a una persona adicta, el equilibrio entre ayudar y no ser absorbido por la adicción es un camino lleno de incertidumbres. En este artículo, quiero compartir contigo algunos de los errores más comunes que cometen las parejas de personas adictas y cómo evitarlos, basándome en mi experiencia como psicólogo especialista en adicciones.
Errores Comunes que Cometen las Parejas de Personas Adictas
Tener una pareja con adicción puede llevar a cometer errores que, aunque bien intencionados, terminan perpetuando la adicción o agravando la situación. A lo largo de los años, he observado una serie de patrones en las parejas de personas adictas. Estos son los siete errores más frecuentes:
1. El Mito del Salvador: Dejar que el Adicto Tenga Responsabilidad
Uno de los primeros errores que suelen cometer las parejas de adictos es el de intentar “salvar” al otro. Es común que el ser querido asuma el papel de protector, creyendo que puede ser quien rescate al adicto de su situación. Sin embargo, este enfoque puede ser peligroso. Como menciono en mi práctica, cuando una persona asume el rol de salvador, está impidiendo que el adicto enfrente las consecuencias de sus actos. Ser un “salvador” no ayuda; al contrario, inhabilita al adicto para tomar responsabilidad por su propia vida. Esto crea una dinámica en la que, en lugar de ser una pareja, terminas siendo una figura parental, lo que afecta la relación en todos los niveles.
2. Rompiendo el Silencio: La Importancia de Hablar con la Familia
Otro error común es el intento de mantener la adicción en secreto. Muchas personas creen que ocultar la situación protegerá la relación o evitará el juicio de los demás. No obstante, la adicción es una enfermedad que afecta a todos los aspectos de la vida del adicto, incluidas las finanzas y las relaciones familiares. Es crucial que la familia cercana, como los padres o hermanos, se enteren y se involucren en el proceso de apoyo, siempre y cuando puedan ofrecer ayuda de manera asertiva y no desde la crítica. Convocar a los seres queridos y formar una red de apoyo sólida puede aliviar la carga y generar un ambiente más propicio para la recuperación.
3. Cómo Evitar la Manipulación Emocional en una Relación con un Adicto
Las personas con conductas adictivas, a menudo sin darse cuenta, recurren a la manipulación emocional para mantener su adicción. Comentarios como “si no me dejas consumir, me voy a suicidar” o “si me quisieras, me dejarías hacerlo” son ejemplos de las herramientas manipulativas que utilizan. En estos casos, es fundamental mantenerse firme. No caigas en el juego emocional; recuerda que es la dependencia psicológica la que está hablando, no la persona que amas. La adicción se convierte en un filtro que deforma la realidad, y cualquier persona que se interponga entre el adicto y la sustancia será vista como una amenaza.
4. La Necesidad del Tratamiento Profesional en las Relaciones
Uno de los errores más dañinos es dejar el tratamiento “a la deriva”, es decir, no buscar ayuda profesional adecuada cuando se detecta la adicción. Es común pensar que “las cosas van a mejorar solas”, pero la adicción no desaparece sin intervención. Es esencial consultar con especialistas para evaluar la magnitud de la adicción y establecer el tratamiento adecuado. Un error que cometen muchas parejas es subestimar la importancia de la terapia, la internación o la ayuda psicológica. Dependiendo de la gravedad, puede ser necesario considerar tratamientos intensivos, sobre todo cuando hay diagnósticos duales (como depresión o trastornos de ansiedad combinados con la adicción).
5. Establecer Límites Claros para Evitar la Codependencia
Permitir que la persona consuma en casa o que llegue bajo los efectos de las sustancias sin establecer consecuencias claras es otro error muy común. La adicción crea una relación disfuncional entre el adicto y su entorno. Es fundamental que establezcas límites claros y consecuencias si se rompen. Si la persona llega a casa consumiendo o bajo los efectos de las sustancias y no hay ninguna acción, el ciclo continuará. Mantener una postura firme, exigir respeto en el hogar y para la familia, y no tolerar el consumo dentro del entorno familiar son pasos necesarios para evitar que la situación se salga de control.
6. No Creer Ciegamente: Verificación Regular de Progresos
Muchas personas en relaciones con adictos cometen el error de creer todo lo que les dice su pareja sin ver evidencias concretas. Los adictos suelen decir que están cambiando o que están “haciendo lo mejor posible”, pero sin pruebas tangibles que respalden esas afirmaciones. Es importante llevar un control, como pruebas de doping regulares y supervisadas, para comprobar que efectivamente se están realizando progresos. Si no hay una vigilancia adecuada, las recaídas son mucho más probables y la confianza nunca se recuperará por completo.
7. Más Allá de la Abstinencia: Trabajando en el Bienestar Emocional
Finalmente, uno de los errores más peligrosos es pensar que dejar de consumir es el único logro. La abstinencia es solo el primer paso hacia la recuperación. Es importante que tu pareja no solo deje de consumir, sino que también trabaje en su bienestar emocional. Si una persona deja de consumir pero sigue siendo negativa, perezosa o emocionalmente inestable, el progreso real no se ha alcanzado. La adicción afecta mucho más que solo el uso de sustancias, y para una verdadera recuperación, la persona debe aprender a manejar sus emociones, su tiempo y su vida de manera saludable.
Conclusión
Vivir con una pareja adicta es una situación extremadamente difícil que requiere paciencia, amor y mucha fortaleza. Sin embargo, cometer los errores mencionados puede empeorar las cosas y perpetuar la adicción. El primer paso hacia la recuperación es reconocer que no puedes salvar a tu pareja ni controlar su comportamiento. Pero puedes poner límites claros, buscar ayuda profesional y apoyarte en una red sólida de familiares y amigos. Solo así lograrás que la relación avance hacia una dinámica más sana y que tu pareja tenga la oportunidad de enfrentarse a su adicción desde la responsabilidad y el acompañamiento adecuado.